Producción de conocimiento: tradicional y en red

¿Ya te has detenido para pensar que, tradicionalmente, la producción de conocimiento erudito siempre ha sido atribución del ambiente académico? Por muchos años, solamente las universidades, escuelas y notorios centros de investigación concentraban a los mejores investigadores y especialistas para poder garantizar la excelencia en la enseñanza. La formación intelectual y reflexiva era la mayor premisa. De la misma forma, enciclopedias y libros de autores consagrados eran las únicas referencias reconocidas y referenciadas. Vale recordar que ese escenario, durante muchos años, atendió a unos pocos, sólo a los que de hecho conseguían acceder a un ambiente académico. En ese contexto gran parte de la población queda excluida de la educación y, principalmente, de la universidad.

Con la industrialización y la necesidad de formar a más personas para el entonces mercado emergente, el modelo de educación pasó a ser pautado para atención a las masas, justamente con el propósito de aumentar y calificar la fuerza de trabajo. Fue cuando vimos ese modelo a contribuir con la consolidación del conocimiento compartimentado en sus respectivas áreas de saber. Además, un mismo formato estándar de enseñanza-aprendizaje para todos, organizado en series o años.

En los últimos 25 años, con el advenimiento de Internet, hemos observado una transformación profunda en la forma en que nos comunicamos y producimos, ya sea en el trabajo, en el ambiente académico o en las relaciones sociales. Internet viene favoreciendo la democratización del acceso a la información y, sin duda alguna, con el paso del tiempo, también el acceso al conocimiento ya las producciones culturales diversificadas. La posibilidad de crear y compartir conocimientos se expande cada día con la variedad de entornos en línea y redes sociales digitales que tenemos hoy.

En 2018 tal vez no sea una gran novedad decir que el soporte físico es menos importante que el contenido que ofrece. Hoy vemos el crecimiento de los negocios de música por streaming liderados por diversas empresas, muchas de ellas bastante contemporáneas. ¿Cómo sueles escuchar música actualmente?, ¿Cómo sueles mirar películas o documentales?

Nunca antes el verbo "compartir" fue tan ampliamente conocido como ahora en tiempos de Facebook, Twitter, Instagram, entre tantos otros canales y redes. Teóricamente (dejando de lado aquí los usos equivocados), cuanto más compartimos nuestras ideas, más ideas generamos y las redes digitales sólo potencian ese proceso. Veamos lo que dice el filósofo Pierre Lévy:

Lo que reuniría a los individuos ya no sería la pertenencia a un lugar o a una ideología, sino a las capacidades de compartir los saberes individuales, ya que las identidades pasarían a ser identidades del saber. (LÉVY, 2003)


Para denominar a la sociedad actual, los términos utilizados son varios - sociedad de la información, del conocimiento, en red -, pero todo converge a la idea de cambio de un patrón industrial de producción en serie en el que el modelo era predecible, lineal, controlado, que se basaba en un soporte físico, para un nuevo modelo cada vez más pautado por la flexibilidad, incertidumbre, conexiones en red, personalización, interdependencia y, especialmente, por las innumerables oportunidades a ser explotadas.

La filósofa Viviane Mosé, en la primera parte del vídeo abajo, comenta la diferencia entre la forma tradicional de producir conocimiento en la universidad en relación a los días de hoy:


 

 

 OBJETIVO 4 DE LA ONU


El nuevo compromiso, denominado "Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible", se firmó en septiembre de 2015 y mantiene la educación (inclusiva, equitativa y de calidad) como elemento fundamental hacia la sostenibilidad del planeta y destaca la tecnología en el proceso de impulsar el progreso humano, eliminar la brecha digital y fomentar el desarrollo de sociedades del conocimiento.



Si la tecnología digital es un factor que puede contribuir con la mejora del acceso a la educación de calidad, la forma en que creamos y compartimos conocimiento hoy -especialmente considerando nuestro papel de docentes e investigadores en la universidad/ educación pública- se vuelve fundamental en este proceso. ¿Como nuestra producción académica dialoga con las demandas de la comunidad? ¿De qué manera podemos disponibilizar lo que ya desarrollamos en los variados cursos y formaciones?

Para ello, hay que considerar las nuevas formas de producción social que emergen con el avance de la tecnología digital y de qué forma favorecen (o impulsan) el establecimiento de un nuevo modelo de práctica académica, más colaborativa y más, que valora el conocimiento como bien común.

Un ejemplo de nuevo modelo de producción es el Proyecto Gutenberg, un acervo de literatura en dominio público digitalizado y de acceso gratuito. Datado de la década del 70, tuvo un proceso lento de organización, pues los primeros centenares de obras fueron digitalizadas personalmente por el creador del proyecto. Distribución y acceso permanecían siendo problema hasta el surgimiento de internet, que trajo soluciones de bajo costo, con velocidad y descentralización.

Otro ejemplo de nueva producción favorecida por la tecnología es el software libre, cuyo código está disponible, compartido y reutilizado, siempre y cuando se respeten las reglas de la comunidad. Así, el potencial de creación y compartir no se agota. La Wikipedia parte de la misma lógica. En cinco años, logró ser comparable a la británica, en términos cuantitativos, pues equivalía a más de 1250 volúmenes, contra los 32 de la británica (datos de 2007).

De todos modos, pensar en lo que es común y desarrollar una práctica social coherente con ese común, sigue siendo un gran desafío para nuestra sociedad. Tenemos la cuestión de la propiedad intelectual y el paradigma de la propiedad privada bastante fuerte. Será necesario establecer la convivencia entre los bienes no-rivales (bienes inmateriales) y la propiedad privada. No se puede colocar en posición binaria o excluyente, sino establecer momentos de sinergia y momentos en que serán independientes, actuando cada uno en sus propias esferas.

Cuando es producido por una institución de carácter público, el conocimiento necesita ejercer efectivamente su papel de bien no-rival para ser compartido, diseminado y reaprovechado por toda la sociedad, independientemente del vínculo formal con una institución de enseñanza. 

_________________________

Referencias:

CASTELLS, Manuel. A Sociedade em Rede. São Paulo: Paz e Terra, 1999
LÉVY, Pierre. La inteligencia colectiva: por una antropología del ciberespacio, 2003. Traducción al español disponible en:
LEMOS, Ronaldo.  Futuros possíveis. Porto Alegre: Sulina, 2012. Disponible en < http://www.editorasulina.com.br/img/sumarios/585.pdf>
LEMOS, André e LEVY, Pierre. O futuro da internet.  Em direção à ciberdemocracia. São Paulo: Paulus,2010.

VERCELLI, Ariel. Repensando los bienes intelectuales comunes. 2009. Disponible en: http://www.arielvercelli.org/rlbic.pdf

Este apartado es una traducción y adaptación del material "Produção de conhecimento: tradicional e em rede" publicado en el Curso "Educação Aberta e Recursos Educacionais Abertos" de la Dirección de Educación a Distancia (DED) de CAPES (CC BYSA). Autores: Sebram, Gonsales y Amiel, 2018. Disponible en: https://cursorea.net.br/course/view.php?id=6.

Material Abierto vs material cerrado   → 

Last modified: Tuesday, 18 June 2019, 11:22 PM